martes, 12 de marzo de 2013

Barbacoa de pescado


Hoy os voy a contar el día que fui a pescar con mi hija pequeña, que ricas saben las cosas pescadas o recolectadas por uno mismo.
De repente aparece ella con su mochila de pescar. --¿vamos a pescar? Me pregunta, --¿ahora? Contesto sorprendido. Se me queda mirando con cara de pena, los dos sabemos que le dará resultado.
Nos montamos en la lancha, hoy vamos a motor, empiezan las olas y yo le sujeto fuerte, nos tambaleamos sin parar y ella no para de reír…  – ¡Un tiburón, un tiburón! – grita señalando con el dedo. Cojo un remo y le doy en la cabeza, el tiburón se va lamentándose… --gracias por salvarme. –me dice mientras  me abraza… que valentía te da el ver a un hijo en peligro, cuando se tienen hijos te vuelves mucho más valiente, pero se tiene más miedo que nunca, será porque nunca habías tenido tanto para defender ni tanto que perder.
--¿Pescamos aquí?-- pregunto, mientras preparo mi caña. --vale. –contesta.
Como la pesca nos ha ido bien, vamos a una isla desierta a preparar el pescado. Suerte que tenemos la barbacoa y carbón en la lancha.
Lo primero es hacer una buena brasa en la barbacoa, se pone un poco de papel y ramitas muy finas y secas en el fondo de la barbacoa, también vale con pastillas, y le damos fuego. Cuando hay un buen fuego en la base de la barbacoa, ponemos la parrilla y encima bien de carbón, si, encima de la parrilla. De esta manera el aire circula entre el carbón y se enciende en un momento y lo que es más importante, uniformemente.
A mi amigo Jotas le encanta ir de barbacoa, en cuanto llega la primavera mete la barbacoa y carbón en el coche y la tiene hasta bien entrado el otoño. Siempre dispuesto a cocinar algo a la brasa y siempre tiene un buen vino para acompañar la comida. La última vez que me invito a una barbacoa trajo un borgoña. – qué color más apagado tiene. –le comento. El vino tenia color más  pálido de lo que estamos acostumbrados -- en boca también es más sutil.-- la primera vez que lo tomas te parece flojo, pero ahora estoy enganchado. –Dice Jotas, y continúa. —este en concreto tiene unos aromas a lirios y frambuesas…
-- Me maravilla la gente que es capaz de percibir estos aromas tan sutiles en un vino, es más; me maravilla que tengan registrados tantos aromas en su mente, a lirios dice.
--y lo mejor es dejarlo un rato en la copa y ver como se transforma, sale la madera, especias…--sigue contando emocionado.
Una vez que la mayor parte del  carbón ya ha prendido, lo echamos al fondo de la barbacoa, si el pescado es grande colocamos las brasas en las esquinas para que el calor no incida directamente y así podemos tenerlo más tiempo haciéndose. Colocamos la parrilla en su sitio y esperamos un poco a que se haga bien la brasa. Ya podemos salar el pescado y ponerlo en la parrilla, mejor no quitarle las escamas, una vez hecho se van con la piel. Para un pescado de medio kilo con 15- 20 minutos será suficiente, si es de un kilo con 30-40 minutos. Es importante pintarlo con un aceite aromatizado de vez en cuando y a mitad de cocción darle la vuelta.
--bueno, se acabó ¿recogemos? Digo. –Joooooo. ¿Ya?—protesta mi hija.
Le miro, y ella asiente, recoge sus juguetes y los lleva a su cuarto.